Por: Patricia Villarroel, psicóloga educativa.
Muchas familias suelen mantener rituales en su cotidianidad, como por ejemplo: cenar juntos, leer un cuento antes de dormir, dedicar un tiempo de juego en familia, hacer alguna salida especial, entre otras. Pero, ¿tienen la costumbre de realizar alguna actividad especial familiar antes de finalizar el año?
Los ritos de fin de año, sobre todo si van pasando de generación en generación, unen el pasado, presente y futuro, transmitiendo cultura, valores y normas familiares. Ello ayuda a generar en los niños y niñas un sentimiento de cohesión familiar y de pertenencia, el cual potencia un sano desarrollo emocional.
Los rituales familiares se insertan en la memoria emocional de los niños y niñas y cuando ellos sean adultos y formen sus propias familias pueden traspasar esas costumbres que han experimentado con sus núcleos familiares, lo que les permitirá mantener vivas las tradiciones y experimentar emociones y sensaciones que los transporten a su niñez.
Adicionalmente, los rituales fortalecen la cohesión y complicidad familiar, lo cual contribuye a mantener el sentido de pertenencia y a generar un sentido de identidad en el niño o niña. También ayudan a abrir espacios de expresión emocional, fortaleciendo las relaciones entre los familiares y su vínculo
Es importante que los rituales sean flexibles y puedan adaptarse a la época, gustos y características del los niños y niñas, al espacio físico, país en el que residen, entre otras.
¿Quieres saber cómo potencia el desarrollo de tu hijo o hija el hecho de realizar rituales en familia?
- Fortalece el autoestima de los niños y niñas al ser incluidos y escuchados, sintiendo que sus opiniones y aportes son valorados por su familia. A su vez aumenta la seguridad en ellos mismos, sintiéndose respetados.
- Potencia el desarrollo emocional, ya que se abren espacios para expresar las emociones libremente y con respeto, permitiendo a los adultos ayudar a los niños y niñas a canalizarlas. Ello ayuda a fortalecer las habilidades comunicativas, lo cual fomenta las sanas relaciones sociales.
- Ayuda a desarrollar habilidades de solución de conflictos, ya que enseñamos a nuestros niños y niñas a buscar soluciones en conjunto a las dificultades que se puedan presentar tanto a nivel individual, personal como familiar. Ello fortalece un buen clima de convivencia familiar.
- Fomenta la instauración y traspaso de valores familiares, tales como: la escucha activa, el respeto, valorar al otro, entre otras.
Algunas familias suelen realizar actividades en conjunto antes de culminar el año ¿qué hacen ustedes?
Acá te dejamos algunas ideas:
- Cocinen una cena especial entre todos para luego compartir lo que cada uno cocinó o aportó. Puede que sea un menú que caracterice a los gustos familiares o pueden crear uno que sume los gustos y preferencias de cada miembro de la familia creando al final una comida única.
- Abran una instancia para sentarse en un lugar cómodo y jugar juegos en familia.
- Papelitos: de manera individual cada integrante de la familia podrá escribir o dibujar metas que quiere cumplir para el año siguiente. Luego pueden conversarlas entre todos y establecer metas familiares.
- Si tienen la costumbre de hacer los papeles o metas, pueden reunirse a revisar lo que acordaron en años anteriores, si se logró y cómo pueden continuarlo el año siguiente.
Ahora cuéntanos, ¿qué tradición mantienen en su familia para estas fechas decembrinas?