¿Recuerdas cuando cumpliste 18 años?
Seguramente soñabas con esa independencia que da la mayoría de edad. Que para un adolescente se puede traducir en hacer lo que quiera, cuándo quiera y con quién quiera.
Ya más adultos, comprendemos que la verdadera independencia es más un tema de asumir responsabilidades, tener ingresos y pagar nuestros gastos.
Y cómo cuesta alcanzar esa independencia…
Entonces, ¿Por qué esperamos independencia de un peque de 8 años?
Los seres humanos nacemos naturalmente dependientes, ya que requerimos de otra persona que satisfaga las necesidades básicas que nos permitan sobrevivir.
Poco a poco, mientras vamos creciendo, aprendemos a hacer las cosas por nuestra cuenta.
Eso es lo que conocemos por autonomía. Pero no independencia.
¿Puede mi hijo/hija ser independiente en la niñez?
Piensa en esos videos tiernos de las jirafas teniendo a sus bebés.
En solo minutos, el bebé jirafa se levanta en sus cuatro temblorosas patas y camina.
A un bebé le toma más o menos 1 año lograr dar sus primeros pasos. Temblorosos también.
Pero es lo natural. No va a caminar hasta que su cerebro y cuerpo estén listos para este momento.
Entonces, ¿cuándo es independiente? Respuesta rápida: cuando sea su momento. Mientras, lo que tienes que impulsar es su capacidad de autonomía.
Todo niño y niña es capaz de realizar por sí solo aquellas actividades propias de su etapa de desarrollo, siempre de acuerdo a sus habilidades y capacidades.
Y va más allá, puesto que también implica las capacidades para emitir opiniones, conocer sus gustos y comenzar a tomar decisiones.
A veces nos encantaría que nuestro peque de 2 años pudiese hacerse su almuerzo, comer solito y lavar los platos. Si lo piensas, así tú podrías teletrabajar de forma mucho más sencilla. Pero ¿eso sería fomentar la autonomía?
En este caso no.
En un escenario así, estaríamos forzando una independencia irreal, puesto a que el peque aún no adquiere las habilidades necesarias (físicas, emocionales y cognitivas) para poder hacer este tipo de acciones por sí mismo.
Ahí es cuando debemos evaluar si lo que le solicitamos a nuestros hijos, lo hacemos para solventar nuestras necesidades o si lo hacemos por el bien de ellos.
No es sencillo, pero sí importante. Debemos encontrar el equilibrio en el que entendamos hasta dónde podemos dejarles hacer algo solos sin forzarlos y sin caer en el otro extremo de hacer todo por ellos.
¿Cómo sé cuándo fomentar la autonomía de mi niño o niña?
Si te estás preguntando cuál es el momento ideal para fomentar la autonomía en la niñez y cómo hacerlo de forma correcta, te dejamos estas recomendaciones:
- Busca equilibrio: Trabaja en encontrar un equilibrio en el que no le dejes toda la responsabilidad al peque, pero tampoco hagas todo por él
- Está atento a las señales de tu peque. A partir de los 2 años ya quieren comenzar a hacer todo solitos. La frase más escuchada en esa edad es: “yo solo”. Es la edad ideal para ir enseñándoles cómo hacerlas, siempre con acompañamiento.
- Cada peque es único. Recuerda que los procesos de maduración son individuales. Así como puede haber pautas generales respecto a las capacidades que puede o no tener un niño a cierta edad, es importante saber que los contextos de desarrollo y las capacidades de cada niño y niña pueden variar afectando dicho proceso madurativo.
- Dale espacios y oportunidad. Brinda experiencias que permitan que el peque haga cosas por sí mismo. Si todo lo resuelves tú, no darás instancias para que puedan aprender mediante el ensayo y error.
- Confía en sus capacidades. Promueve la confianza de los niños y niñas en sí mismos, permitiéndoles probar algunas cosas y hacerlas ellos solitos, siempre con tu compañía. Es importante que le comentes sus avances, animándolos a continuar intentando. Recuerda que la práctica hace al maestro.
- Eleva la dificultad. Puedes ir ajustando el nivel de dificultad de las tareas. Por ejemplo, pueden comenzar intentando algo fácil y así podrás medir si ya puede hacerlo solito. Si lo logra, puedes ir aumentando poco a poco el nivel de dificultad. Si comienzas con una tarea que pueda resultar muy difícil, se puede frustrar y quizás no quiera intentarlo de nuevo. Por ello es bueno ir de lo fácil a lo difícil.
- Adapta los espacios de la casa para que tu peque pueda hacer cosas solo. Si ya se lava solo las manitos, puedes colocar un banquito o un piso en el lavamanos para que pueda ir a hacerlo cuando desee.
- El secreto está en la paciencia. Es importante que le des el tiempo que necesita para culminar una tarea. Posiblemente, como están aprendiendo, se tardará más que tú y es importante que estés consciente de ello. Con práctica, cada día tendrá más destreza y será más veloz.
¿Cómo saber cuándo no estoy ayudando?
Es importante darle tiempo y espacio a los peques para que desarrollen sus habilidades. Entender esto, te permitirá a ti estar en condiciones óptimas para apoyarlos.
¿Cuándo no estás en capacidad de apoyarlos a desarrollar de manera autónoma sus actividades?
- Si tú o el peque están enojados, será mejor ayudarlo a hacer las cosas, puesto que no tendrán la paciencia y empatía para acompañar de manera adecuada.
- Si están apurados es mejor que le ayudemos para terminar pronto, puesto que no podremos darle el tiempo de hacerlo solito.
- Evita hacer comparaciones: “tu hermano a tu edad ya lo hacía solo” o ridiculizarlo “voy a decirle a tus compañeros que aún no haces esto solito”. Recuerda que cada niño y niña tienen su proceso de maduración.
En estos casos es importante explicarle al peque por qué esta vez le ayudaremos: “Camilo, estamos apurados así que por esta vez te ayudaré a ponerte los zapatos. En la tarde, cuando vayamos al parque, podrás hacerlo tú solito”.
Consecuencias de no fomentar la autonomía
Fomentar autonomía requiere mucho tiempo y paciencia, ¿qué pasa si decido no hacerlo?
Puede que en muchas ocasiones sea más fácil y rápido hacer las cosas por nuestros hijos antes que sentarnos a enseñarles cómo hacerlas. Pero ello traerá consigo algunas consecuencias.
La autonomía brinda seguridad y autoconfianza, a su vez potencia el pensamiento crítico y la toma de decisiones.
Un niño a quien le hacen todo y no le permiten explorar, será un niño inseguro, que tendrá escasa confianza en sus habilidades y presentará dificultades para solucionar retos del día a día.
Adicionalmente, puede que en principio nos tome tiempo y esfuerzo, pero luego será más sencillo saber que ellos pueden hacer algunas cosas por sí mismos.
Pero, comentábamos anteriormente, hay una delgada línea entre fomentar la autonomía o forzar la independencia. Es decir, entre ayudar al peque a lograr las cosas que ya está preparado para hacer por sí mismo o forzarle a hacer cosas que aún, biológicamente, no se encuentra preparado para hacer solito.
Entonces, ¿Cómo distingo si estoy fomentando la autonomía a si estoy forzando una independencia?
Tu peque te hará saber cuándo está listo para hacer algo solito. Te lo pedirá.
En caso de que sepas que está en la edad de hacer algo y no te lo ha pedido, puedes solicitarle que lo hagan juntos y podrás evaluar si está listo o no para aprender a hacerlo solito.
Es importante que evites sobre exigirle. Te darás cuenta si aún no están en la etapa evolutiva para hacer por su cuenta alguna actividad. No te preocupes, ya esa etapa llegará. Pueden intentar hacer cosas más sencillas solitos.
De todas formas, si ves que hay una dificultad generalizada en algún área en específico, puedes consultar con un especialista que te asesore.
¿Cómo fomentar la autonomía en niños y niñas?
Entonces, a lo que vinimos, ¿cómo puedo fomentar la autonomía en mi peque?
Acá tenemos algunos consejos para ti.
- Permítele elegir. Por ejemplo, qué ropa se va a poner para algunas ocasiones. Otros días pueden elegir qué desean comer, o cómo se quiere peinar.
- Hazle preguntas y toma en cuenta su opinión. Eso le ayudará a conocerse y a potenciar su toma de decisiones. Por ejemplo: hoy saldremos, prefieres ir al parque o al museo.
- Abre espacios que le permitan explorar y poner en práctica sus habilidades.
- Cuando te diga “quiero hacerlo yo”, acompáñalo y permítele que lo haga. Estarás ahí para acompañarlo y enseñarle si se equivoca. Evita, sobre todo en los casos que ellos solicitan hacerlo solito, hacer la actividad completa por él.
- Prueba por etapas. Comienza con tareas más fáciles y luego pasen a otras más complejas. Por ejemplo, primero debe saber lavarse las manitos antes que aprender a bañarse solito.
- Da explicaciones claras y sencillas con los pasos que debe hacer para lograrlo. Por ejemplo: primero nos mojamos las manitos, luego nos ponemos jabón y frotamos hasta que salga espuma”.
- Puedes acompañar los procesos con pictogramas. Puedes imprimir o dibujar los pasos que deben hacer para completar una actividad. Por ejemplo, para ir al baño debemos subir la tapa del váter, luego bajarnos el pantalón, sentarnos, limpiarnos y tirar la cadena.
- Recuerda siempre valorar el esfuerzo que está haciendo tu peque. Siempre hazle saber cómo ha ido avanzando, eso les motivará a seguir.
Te recomendamos visitar nuestra página www.mitapuy.org y ahí encontrarás talleres dirigidos a niños de acuerdo a su edad – de 4 a 12 años – y han sido diseñados especialmente para que puedan hacerlos solos, planteando retos dirigidos a cada etapa del desarrollo, fomentando así la autonomía.